En
tanto que de rosa y azucena
se
muestra la color en vuestro gesto,
y
que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende
al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del
oro se escogió, con vuelo presto,
por
el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el
viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el
dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra
de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo
lo mudará la edad ligera,
por
no hacer mudanza en su costumbre.
Este
poema es el soneto XXIII de Garcilaso de la Vega, recogido en una antología
poética de Navarro Tomás (Espasa-Calpe, 1973). Es un poema muy famoso y uno de
los que más me han gustado siempre, porque considero que describe muy bien la
brevedad de la vida y lo efímero de la belleza. Además, el soneto es mi forma
métrica preferida pues la rima me parece muy bonita. A pesar de que trata el
rápido paso del tiempo creo que en el fondo es un poema positivo pues invita a
gozar de la vida y del presente.
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